Siempre decimos que la gente no sabe qué inventar pero el caso es que la creatividad de las personas -a diferencia de nuestros políticos- no conoce límites. Ahora es el momento de los patines eléctricos, ¡sí, sí! con sus motores y todo. Olvídate ya de ir impulsándote como un péndulo y quédate con los colegas de tu barrio.
Eso sí, hazlo pronto porque como se entere tu presidente, pronto te exigirán algún carné para poder manejarlos. Igual que nuestra inventiva no conoce límites, sus gilipolleces tampoco.
Eso sí, hazlo pronto porque como se entere tu presidente, pronto te exigirán algún carné para poder manejarlos. Igual que nuestra inventiva no conoce límites, sus gilipolleces tampoco.
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