Artur Mas firmó por fín la nueva Ley de Consultas catalana que permitirá dar marco "legal" al referendum independentista. Muchos lo ven como un ejercicio de higiene democrática; otros, como un desafío penal al orden establecido dentro del estado español. Pues ni lo uno ni lo otro.
Es cuestión de tiempo que el mercado demuestre la absurda y ficticia existencia de esos elementos llamados "Estados" y su inviabilidad. Aferrarse a semejante idea de tiempos pretéritos, es propio de aquellos que necesitan una excusa para sobrevivir de dinero ajeno -políticos- porque son incapaces de ganárselo con sus propias habilidades.
Por ese motivo, el impertinente deseo de crear un nuevo estado escindiéndose de otro mayor, no es un sano ejercicio democrático; es solo la aspiración última del que no quiere ser "segundo de abordo" y desea manejar desde su trono los designios del inexistente pueblo catalán.
Si algo hay que agradecer al estado español, es no haber invertido demasiado en los últimos 30 años en su propia promoción nacionalista-salvo algunas banderas- pero si algo se le puede reprochar es haber consentido que determinadas fuerzas periféricas, hayan utilizado nuestro dinero para "montar" sus propios cortijos inventando ex novo, la existencia de un pueblo catalán o un pueblo vasco.
El presumible nacimiento de un nuevo estado o país catalán, no asumirá las aspiraciones de un pueblo, sino de un tirano que se verá recompensado con el cetro de una nueva dictadura por la que campará a sus anchas gobernando a golpe de decreto y siempre en pos de los "neonatos" catalanes. O ¿acaso piensan los catalanes que será de otra manera?
Si tan democrático es Artur Mas ¿consentiría que aquellos residentes en el nuevo estado catalán eligieran si quieren pertenecer a ese nuevo conglomerado? Existe gente en Cataluña no solo que quiere seguir siendo española, sino también gente que solo quiere prosperar sin bandera alguna ¿Podrán permanecer al margen de la nueva utopía?
Mucho me temo que no. Que un estado naciente robe a otro para hacerse fuerte y oprimir a sus ciudadanos, es el colmo de la desfachatez de quien lo maneja. Aquellos a los que se les llena la boca de "pueblo catalán" o "pueblo Vasco" son los mismos que consiente la subordinación de las personas al colectivo; del individuo al grupo; de la creatividad al aborregamiento. No existe un pueblo catalán, ni un pueblo vasco, ni un pueblo irlandés, ni un pueblo jamaicano, porque el hecho de que unas personas tengan algunas cosas en común no quiere decir que tengan los mismos fines ni las mismas aspiraciones.
En unos tiempos en los que no soportamos las reuniones de vecinos de nuestra comunidad porque cada uno dice una cosa ¿pretendemos crear países enteros solo porque tenemos el mismo idioma? Absurdo. No existe mayor libertad que la de permitir a los ciudadanos sentir lo que les de la gana. Es maravilloso que alguien pueda disfrutar de la literatura castellana o de su historia; pero no lo es tanto cuando contempla imponer su fascinación a los demás por medio de la fuerza.
Por esa razón, utilizar el falaz argumento de un pueblo catalán que aspira a ser independiente, no es más que el argumento fascista y dictatorial de un tirano que anhela dirigir la vida de otras personas. Aquel que no se sienta identificado con lo "español" solo tiene que luchar por minimizar su gobierno, no crear otro estado que lo oprimirá hasta la médula para hacer medianamente viable una utopía sin sentido y desfasada.
Es cuestión de tiempo que el mercado demuestre la absurda y ficticia existencia de esos elementos llamados "Estados" y su inviabilidad. Aferrarse a semejante idea de tiempos pretéritos, es propio de aquellos que necesitan una excusa para sobrevivir de dinero ajeno -políticos- porque son incapaces de ganárselo con sus propias habilidades.
Por ese motivo, el impertinente deseo de crear un nuevo estado escindiéndose de otro mayor, no es un sano ejercicio democrático; es solo la aspiración última del que no quiere ser "segundo de abordo" y desea manejar desde su trono los designios del inexistente pueblo catalán.
Si algo hay que agradecer al estado español, es no haber invertido demasiado en los últimos 30 años en su propia promoción nacionalista-salvo algunas banderas- pero si algo se le puede reprochar es haber consentido que determinadas fuerzas periféricas, hayan utilizado nuestro dinero para "montar" sus propios cortijos inventando ex novo, la existencia de un pueblo catalán o un pueblo vasco.

Si tan democrático es Artur Mas ¿consentiría que aquellos residentes en el nuevo estado catalán eligieran si quieren pertenecer a ese nuevo conglomerado? Existe gente en Cataluña no solo que quiere seguir siendo española, sino también gente que solo quiere prosperar sin bandera alguna ¿Podrán permanecer al margen de la nueva utopía?
Mucho me temo que no. Que un estado naciente robe a otro para hacerse fuerte y oprimir a sus ciudadanos, es el colmo de la desfachatez de quien lo maneja. Aquellos a los que se les llena la boca de "pueblo catalán" o "pueblo Vasco" son los mismos que consiente la subordinación de las personas al colectivo; del individuo al grupo; de la creatividad al aborregamiento. No existe un pueblo catalán, ni un pueblo vasco, ni un pueblo irlandés, ni un pueblo jamaicano, porque el hecho de que unas personas tengan algunas cosas en común no quiere decir que tengan los mismos fines ni las mismas aspiraciones.
En unos tiempos en los que no soportamos las reuniones de vecinos de nuestra comunidad porque cada uno dice una cosa ¿pretendemos crear países enteros solo porque tenemos el mismo idioma? Absurdo. No existe mayor libertad que la de permitir a los ciudadanos sentir lo que les de la gana. Es maravilloso que alguien pueda disfrutar de la literatura castellana o de su historia; pero no lo es tanto cuando contempla imponer su fascinación a los demás por medio de la fuerza.
Por esa razón, utilizar el falaz argumento de un pueblo catalán que aspira a ser independiente, no es más que el argumento fascista y dictatorial de un tirano que anhela dirigir la vida de otras personas. Aquel que no se sienta identificado con lo "español" solo tiene que luchar por minimizar su gobierno, no crear otro estado que lo oprimirá hasta la médula para hacer medianamente viable una utopía sin sentido y desfasada.
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